Yo

Yo

miércoles, 21 de marzo de 2007


¿Sabes lo que te pasa? no tienes valor, tienes miedo, miedo de enfrentarte contigo misma y decir está bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tu te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tu misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando conitgo misma.

martes, 20 de marzo de 2007


Si el hombre pudiera decir


¿La vida es así de dura, o sólo cuando eres niño?

¿Mi tierra? Mi tierra eres tú.r ¿Mi gente? Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte para mí están adonde no estés tú.
¿Y mi vida? Dime, mi vida, ¿qué es, si no eres tú?



No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden
ser realidad, si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño. Si soñamos
que la piedra es la piedra, eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua,
es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza
su propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor».
Pero nunca se va, nunca se pasa,
si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola. Soñar
es el modo que el alma
tiene para que nunca se le escape
lo que se escaparía si dejamos
de soñar que es verdad lo que no existe.

Sólo muere
un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.

viernes, 16 de marzo de 2007


Tu boca es puente a los sueño
Tu boca celebra unidad y alegría
Tu boca es amor primario que da vida

jueves, 15 de marzo de 2007

"Y Dios creó al hombre a su imagen y semejanza..."
¿Tanto sufría Dios?






"And all the simple things are simply too

complicated for my life"

Mirando hacia Dios


Sólo cuando creo en ti encuentro mi religión
y mi corazón puede mover montañas
sólo cuando entro en ti puede mirar de frente al sol
cuando creo en ti creo en Dios

vani


Me
da miedo
la enormidad donde
nadie oye mi
voz